Desde mi primer entrada a este blog ya pasaron unos días, unos cuantos. Quise escribir antes pero la realidad es que no soy una iluminada y últimamente me cuesta mucho concentrarme. Me pregunto por qué. Eso me lleva a desde cuándo. Hace mucho, quizás nunca me concentré, pero les juro que tuve épocas mejores; épocas en que algunas palabras o al menos algunas ideas surgían. Siempre fui melancólica, y me encanta , pero debo confesar que se me está haciendo hábito y una que otra nostalgia se está haciendo un hueco en algún lugar de mi cuerpo etéreo. Eso debería ayudar, además en este sur está lloviendo y tuve un día fatal...pero no, no hay caso. Debe tener razón el Gran Calamar y no son solo asuntos pendientes ni corazones destrozados.
Pero por lo que estuve leyendo por ahí, no soy la única que anda melancólica por estos días...debe haber una especie de nubosidad o frecuencia que hace que todos subamos el volumen a las canciones más pedorras y tristes de la tierra, que nos dejemos mojar por esta lluvia camino del trabajo con el mp3 al mango poniendo cara de video-clip, recordando los amores de la adolescencia, las metas que no alcanzamos, los sueños que no llegaron. Buen momento para empezar a soñar despiertos y transformar esta melancolía en esperanza..pero cuando empezamos a soñar algún auto a toda velocidad pasa por ese charco que nos moja de pies a cabeza y ¡Bingo! Completamos. Lo único que queremos es llegar a casa, darnos una ducha caliente, prender un cigarrillo y escuchar un poco de música, eso si!!!: evitemos la pedorreada porque si no sonamos, mañana nos levantamos igual. No se si podemos evitarlo, después de todo la música no es buena idea..una película ni pensarlo, seguro están dando "En busca de la felicidad" por no decir "Todo por amor", o alguna más triste todavía. En estos casos recomiendo un poco de fútbol. Si soy mujer y estoy recomendando fútbol. No solo porque a mi me gusta, porque en estos días el fútbol es una especie de terapia, aunque jueguen dos equipos que ni conocemos enseguida nos ponemos de un lado y podemos insultar al árbitro total él ni se entera, podemos gritar un gol a viva voz mientras pensamos en todas las lágrimas que no derramamos hoy porque teníamos algún compañero de trabajo cerca y situaciones similares.
Ahora si, si tenemos la suerte de encontrar un porrón en la heladera vamos a poder fumar ese último cigarrilo y dormir tranquilos. Mañana puede ser un gran día...
Hace 9 años
